Descansar es básico para rendir mejor. Nuestra atención decae cuando llevamos mucho tiempo realizando la misma actividad. Un paréntesis proporciona la energía que necesitamos para seguir adelante.
Tras un “curso” pendientes de cada vibración del móvil, de cada movimiento en la bandeja de entrada del correo electrónico, del timbre del teléfono, es mejor evitar que los hábitos laborales –agazapados en el smartphone− se vayan contigo.
Según una encuesta realizada por Randstad, el 38% de los españoles tiene problemas para desconectar del trabajo durante las vacaciones de verano, lo que puede traer consecuencias negativas.
La incapacidad para separar las fronteras entre vida laboral y personal, a pesar de sus ventajas, puede provocar “desde absentismo laboral hasta baja productividad, elevados niveles de estrés o incapacidad para mantener relaciones con la familia, los amigos o disfrutar de las actividades de ocio”. Así lo señalaban ya hace unos años dos investigadores canadienses en la prestigiosa ‘Journal of the American Medical Association’.
CLAVES PARA LA DESCONEXIÓN
Aunque sea difícil de creer, apagar el móvil –con la ansiedad que eso puede suponer− puede no ser la respuesta a todos nuestros problemas. Según unartículo de Silicon News, se puede usar en dosis más pequeñas y olvidarse de él las comidas.
Además de tener en cuenta el móvil, es importante:
• Planificar las vacaciones para evitar la tentación de las horas muertas
• Delegar y marcar pautas a seguir por el equipo durante la ausencia
• Mantenerse alejado de la tecnología: avisando en las redes de la ausencia, y recuperando la lectura en papel, por ejemplo, para mantenerse entretenido e informado.
Y si necesitamos ideas más concretas sobre cómo desengancharnos de las redes sociales, tal vez debamos echar un vistazo a las propuestas de la coach Vilma Núñez (@Vilmanunez), que ella misma piensa seguir para desconectar este verano: hacer un uso un poco más personal y menos profesional de las redes y, un buen truco, quitar las notificaciones de las redes sociales.
Ahorra batería (del móvil) y recarga las pilas (de la persona). Y tú, ¿cómo vas a desconectar este verano?
