- S para síntoma
- C para causa
- O para objetivo
- R para recurso
- E para efecto
Colócate
delante de la “S” y piensa cuál es tu síntoma, lo que quieres resolver. Por
ejemplo, angustia, timidez, enojo, culpa, estrés, “O” también puede ser un
problema de salud como dolor de cabeza, colitis, estreñimiento “O” el síntoma
que deseas cambiar.
Ahora
piensa en el síntoma y en una ocasión específica en que se manifestó. Ya que lo
tienes identificado, entra al espacio marcado con “S” y revive completamente
esta situación, viendo, escuchando lo que te dice a ti mismo y sintiendo lo que
te provoca este síntoma, con una respiración profunda y cerrando los ojos. Se
sale de este espacio.
Ahora
colócate delante de “C” y piensa desde cuándo tienes este síntoma y cuándo es
que aparece. Al identificar la causa, da un paso hacia delante y métete en el
espacio de Causa. Aquí revive la situación que dispara al síntoma recordando si
es posible, la primera vez cuando esto ocurrió, “O” la más lejana de que puedas
recordar. Respirando profundamente observa, escucha y siente todo lo que sucede
tal y como si estuviera sucediendo ahora mismo, dándote cuenta en qué parte de
su cuerpo se aloja con más fuerza este sentimiento, tocándolo y cerrando los
ojos. Sal del espacio.
Te
colocas esta vez enfrente de “O” y piensa que si lo anterior es justo lo que no
quieres, ahora es en que sí quieres. De esta manera surge tu objetivo. Este
objetivo debe estar decretado en presente, de manera positiva y afirmativa, por
ejemplo, si el síntoma es la angustia cuya causa son los viajes constantes de
trabajo del marido, y si esto es justo lo que no quieres seguir sintiendo,
¿cuál sería su objetivo? “Yo puedo permanecer tranquila cada vez que mi marido
sale de viaje”. Este objetivo está en tiempo presente simple, está en positivo
y en afirmativo. Uno incorrecto sería “Yo no me angustio cuando mi marido sale
de viaje”, ya que estaría hablando de lo que no quiere, y no de lo que quiere.
Este se encuentra en negativo.
Una
vez elaborado el objetivo, da un paso al frente dentro de “O” y cerrando los
ojos, dilo en voz alta respirando, unas 3 veces, viviendo tu objetivo logrado y
dándote cuenta en qué parte de su cuerpo se encuentra esta sensación de
tranquilidad. Sal de “O”.
Ahora
colócate delante de “R” que son los recursos y define cuáles necesitas para
alcanzar tu objetivo. Los recursos son los que te impulsan a lograr lo que te
propones. Estos pueden ser: flexibilidad, tolerancia, confianza, paciencia, fe,
amor, disciplina, organización, decisión, tranquilidad, seguridad, valor, etc.
Ya que hayas escogido uno o más recursos que creas necesitar, da un paso al
frente y se entra en el espacio R. Aquí vas a recordar un momento en tu vida en
que hayas tenido este recurso o recursos. Igualmente evoca este momento viendo,
escuchando la dinámica que se está dando y sintiendo el recurso o recursos
dentro de ti misma con una respiración profunda. Ya que lo hayas experimentando
y tocándote la parte del cuerpo donde la sensación es más intensa, pasa al
espacio de “O” y vuelve a repetir tu objetivo aunado a la respiración, unas 2
veces, con los ojos cerrados. Sal de este espacio.
Te
colocas enfrente de “E” y, todavía tocando esta parte de tu cuerpo donde se
encuentran las sensaciones positivas, piensa en los efectos que tendría para ti
y para los que te rodean el que lograras tu objetivo. Otra vez, al tener los
efectos identificados entra al espacio “E” y vive estos efectos respirando
profundamente. Este espacio es muy importante pues aquí se encuentra el para
qué quieres lograr el objetivo. Aquí se le da un sentido.
Sal
y teniendo todas estas sensaciones en tu cuerpo entra el síntoma para revisar
los cambios que seguramente se han dado.
La
forma de que tu objetivo se convierta en una programación es repetir
continuamente lo que se vivió en “O”, “R” y “E” cada vez que te acuerdes y
sobretodo en el momento que sientas que el síntoma está por manifestarse.
Esta
técnica de Introspección del Problema, es altamente eficaz, pues hay un
movimiento mental aunado al físico, y de esta manera la mente es capaz de
separar las conductas y sus causas o beneficios. Gracias a este instrumento de
clarificación, la persona encuentra lo que quiere y lo que debe hacer para
obtenerlo.
Desplazar
nuestro cuerpo permite a nuestro cerebro “seriar los problemas” y aprender un
excelente método de reflexión y resolución de problemas…
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