Parece que está mal visto, ya que la gente piensa
que no has estudiado lo suficiente o que no atendiste en clase. Parece que
podrías perder un trabajo, porque te consideren incompetente, o caer con
la etiqueta de tonto por ignorar algo que alguien considera fundamental. ¿Pero
es que alguien ha nacido sabiéndolo todo? No, me temo que no, ni falta que
hace.
Ahora no tengo problema en responder “no lo sé”,
pero reconozco que antes no era así. Tenía mi carrera, mi MBA, mi espectacular trabajo, y tenía que aparentar que
estaba en la cima de la cima. Vamos, que lo sabía todo y acostumbrar a
responder cualquier cosa, soltando la primera cosa que me venía a la cabeza.
Muchas veces solía acertar, o simplemente respondía como los políticos, con
algo que no tuviera ningún significado. Según las personas con las que me
relacionase,
maravillaba por completo, o me consideraban un completo inútil, pero siempre
podía quedarme tranquilo con una sonrisa entre los labios.
Con el tiempo me di cuenta que no sólo había que
criticar lo malo, que me habían enseñado con esmero, sino que también tenía que
decir “me gusta” (como ya comenté en esta entrada). A eso le añadí el aceptar que
no lo sabía todo, y que más me valía decir “no lo sé”, con una cara de niño
bueno, y acompañarlo de alguna otra pregunta como, “¿es muy relevante la
respuesta?, ¿cómo podría averiguarlo?, ¿te podría ayudar de alguna otra forma?”.
Me siento mucho más liberado, y ya no carga en mí
eso peso de tener que saberlo todo. Tampoco pasa nada por preguntarle en un
momento a Google o a la Wikipedia… ¡total!, por Internet se
aprende de todo. Os invito a un nuevo mundo en el que no hace falta saberlo
todo, sólo saber que se puede encontrar la respuesta en algún recoveco no muy
oculto.
¿A qué esperas para dejar de
aparentar? Sólo tienes que empezar a decir… “Muchas gracias por la pregunta,
pero… ¡No lo sé!”
Equipo MOTIVACIONALES.CL