Lo crucial, es esa pregunta que "flota" en todos los
ambientes donde nos movemos, desde las oficinas de la compañía, hasta las
reuniones sociales. Desde la mesa de la sala de juntas, hasta la mesa de la
cocina de casa: ¿Cuánto es suficiente?.
Esta es la gran pregunta: ¿Cuánto dinero para
recompensar su trabajo? ¿Cuánto tiempo para dedicar a su familia? ¿Cuánta
gloria para su ego?
En el mundo del trabajo, lo crucial no pasa hoy por
las acciones, que pueden transformarnos de la noche a la mañana en millonarios.
Tampoco pasa por la feroz lucha por el talento, que somete a los equipos al
azar de venderse al mejor postor. No es el insaciable apetito del crecimiento,
o la desesperada búsqueda de más eficiencia y mercados, lo cual resulta en aún
mayores combinaciones de gigantes corporaciones.
Ni siquiera son las ascendentes recompensas que
parecen fluir hacia aquellos valientes que deciden abrirse camino por sí
mismos, logrando independizarse de un trabajo "tradicional" y, en el proceso,
liberarse de las restricciones de un salario, burocracias y políticas
corporativas. Aquello que es crucial hoy, abraza todas estas cuestiones de la
vida moderna. Todas éstas y más...
Lo crucial, es esa pregunta que "flota" en todos
los ambientes donde nos movemos, desde las oficinas de la compañía, hasta las
reuniones sociales. Desde la mesa de la sala de juntas, hasta la mesa de la
cocina de casa: ¿Cuánto es suficiente? Esta es la gran pregunta: ¿Cuánto dinero
para recompensar su trabajo? ¿Cuánto tiempo para dedicar a su familia? ¿Cuánta
gloria para su ego? ¿Cuántas oportunidades de reflexionar en privado, para
profundizar su comprensión? ¿Cuántas cosas materiales necesita? Y, sin importar
cuánto tenga ya...¿De qué manera usted encuentra y define la satisfacción?.
Todas estas son preguntas "candentes", aunque
difícilmente sean nuevas. Hace unos 70 años, en "El malestar de la cultura" Sigmund Freud escribió "Es imposible escapar a la impresión de que la gente
utiliza comúnmente falsos patrones de medida. Buscan poder, éxito y riqueza
para ellos y admiran esto en otros, subestimando el verdadero valor de la
vida´. Pero, a pesar de que la pregunta ¿Cuánto es suficiente? pueda no ser una
novedad, la velocidad, intensidad y el abanico de respuestas que las personas
pueden dar hoy, si lo es.
Las elecciones, tanto en el trabajo como en nuestra
vida personal, llegan a gran velocidad, desde diferentes direcciones y sus
consecuencias se evidencian más rápida y dramáticamente que nunca. En el mundo "oficial" del trabajo, donde el lenguaje a menudo es un obstáculo para alcanzar
una verdadera comprensión y una emoción genuina, esta pregunta es "escondida" como un problema de Recursos Humanos.
Por supuesto, las compañías se muestran "amistosas" con las familias: implementan políticas y programas que ayudan a las personas a
equilibrar su vida profesional y familiar. Pero el mundo "real" del trabajo es
un revoltijo: las vueltas y complicaciones del corazón parecen todavía inmunes
a cualquier programa y política corporativa. Lo mismo sucede con los intensos y
pasionales cálculos que experimentamos cuando intentamos responder a la
pregunta ¿Cuanto es suficiente... para mi...y ahora? "Un modo de conocer
aquello por lo que valdrá la pena esforzarse en el futuro, es clarificar tu satisfacción en el presente".
Equipo MOTIVACIONALES.CL